DE
TANTAS COSAS
De la media noche del noveno mes
Whitman
De la luna apoyada en la montaña.
De las ramas moviendo su hondísimo rumor.
De las casas perdidas, sin historia,
con los tejados de cobijas
huecas
en lugares inhóspitos.
De las cuevas repletas de broza en sus
costados.
De horizontes de olivo y espadañas de
espliego.
Del pozo donde el agua regaba nuestras
risas.
De todo aquello, madre, que inundaba de
gozo
la mi perdida infancia.
Y también
de las noches de espanto, de bombas y metralla.
De todo aquello, madre,
háblame.
Háblame de tu duelo entre tantas ortigas,
de la guerra que hirió tus recónditos
miedos,
del noveno desgarro de tu parto,
de tu alegre tristeza.
Háblame de la tarde en que murió la luz
y abandonó la música tu boca,
de aquellos largos días de tantísimo llanto,
de aquellos largos días de tantísimo llanto,
de
la noche de sables que te hundió en las tinieblas.
Háblame, madre,
porque si no me hablas
seguiré sin saber
por qué fuiste la estrella
seguiré sin saber
por qué fuiste la estrella
de mis ojos ausentes
cuando yo no veía
tus párpados hinchados
cuando yo no veía
tus párpados hinchados
de tanto amor vertido.
Por eso lloro, madre,
cuando tú no me acunas
en mis noches de insomnio.
(de Después del amor, Olélibros, 2018)
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