Pascual Casañ (foto de José Luis Vila) |
PRESENTACIÓN “POLAROIDS”,
de Antonio Mayor
- EL POEMARIO POLAROIDS está integrado por un conjunto de poemas iniciados durante su estancia en Costa Rica a principios de los años 80,
como jefe de las Misiones de Cooperación de España con este Estado. Y digo iniciados
porque son poemas depurados desde
esos momentos hasta su publicación hace unos días por esta editorial valenciana
que tanto está haciendo por la poesía, como es la Editorial Olé Libros; por
consiguiente, son el resultado de un proceso de elaboración de más de 30 años.
El
libro consta de un excelente prólogo de Jaime Siles, de un postfacio del propio
Antonio y de 67 poemas, unidos entre sí especialmente por su título, porque en 63
de esos 67 poemas figura el nombre de esa mítica cámara fotográfica, Polaroid, que,
como muchos recordamos, nos permitía obtener unas copias inmediatas color sepia;
cámara que, tal como se encarga el propio Antonio de recordar en su postfacio, desapareció
en 2008 devorada por la tecnología digital.
Si
hay alguna cualidad por encima de las demás en el poemario yo destacaría su
INTENSIDAD. No hay momento de descanso, todos los poemas son como especie de fotografías,
imposible de elegir una por encima de las demás, imposible elegir un poema sobre
otro debido a sus matices, enfoques y, por qué no, en contraste con el
resultado de las viejas fotografías, por los diversos y amplios coloridos de
los poemas.
Pero
el poemario, aparte de su intensidad, tiene otras características, entre las cuales
Jaime Siles, destaca en su prólogo dos:
- Polaroids, nos dice en primer
lugar: no es un libro inocente, se basa
todo él en una teoría poética que
corresponde a lo que en sí misma encierra -esto es, todo un tratado de
literatura, en el que el yo es tan múltiple como sus personajes.
- En segundo lugar, afirma: si algo hilvana como eje vertebral el libro
es el erotismo y la sensualidad, que
van turnándose desde “Polaroid del desnudo integral” (o sea, desde su sexto
poema).
A esa intensidad que he indicado y a estas
dos características destacadas por Jaime Siles, añadiría también otras 3:
- La primera, que Polaroids es
un poemario con un cierto grado de autorreferencialidad.
Aunque sus poemas, como el propio Antonio nos aclara en su Postfacio, sean
producto de la imaginación y deben entenderse bajo una perspectiva metafórica
de la realidad, en cada uno de ellos hay un cierto gesto que se proyecta hacia
lo interior, hacia lo existencial en
un sentido amplio. En cada uno de los 67 poemas, brota en cierto modo la propia
respiración y vibración del poeta:
19 POLAROID MORAL
Para entender la toma retrocedí
un paso
y ví el color rosa concentrado en el círculo.
Me ironicé en la probeta de la reprobación y el sufrimiento
- La segunda, es un poemario enmarcado
por el espacio y el tiempo. Un espacio costarricense concretado en paisajes
que a modo de cuentagotas se desparraman por el libro: San José de la Boca del
monte, Nueva Cartago, Nuestra Señora de la limpia Concepción del Rescate de Ujarrás,
etc. Lugares de Costa Rica que para el poeta “ya no existen, aunque sigan en el
mapa”.
Y un tiempo con cierta sed de infinitud que nos recuerda al
mejor de los Neruda. No es, por tanto, un libro que se caracterice por un tono
decantadamente elegiaco hacia el pasado. El pasado eso sí está ahí, pero no con
añoranza extrema, sino con una extraña y equilibrada mezcolanza de recuerdo,
sensualidad y serenidad, tal como expresa en el poema:
6. POLAROID DEL DESNUDO INTEGRAL
Muchos años después,
ante la pared de la desolación,
aún imagino y te veo envuelta
en la placenta sepia del tiempo detenido,
temblorosa gelatina de esta polaroid.
- En tercera instancia, se trata
de un poemario vital. Aunque las imágenes
del mismo– como insiste Antonio- “sean evanescentes, vaporosas, como una
especie de química de líquidos sentimentales y sólidos estados de ánimo”, en cada
una de estas imágenes el poeta expresa su ansia de permanencia ante la fugacidad del tiempo, su enfrentamiento al
tiempo para vencerlo, someterlo y
derrotarlo. Hay en el poeta un cierto repliegue
sobre sí mismo; pero no para encerrarse en sí, sino como una forma peculiar de
abrirse al mundo y de abarcarlo. Veamos, si no, el poema:
57 POLAROID DE PALACIO
El palacio del recuerdo.
Mi palacio es de mango y selva,
es de río grande
y rápidos de miel.
Mi palacio es donde tú habites,
donde tus hábitos cuelguen de mi árbol,
donde tus amplias caderas en espejo me reciban.
En
este libro, pues, Antonio MAYOR intenta que las cosas sean lo que parecen, cosas
hilvanadas entre sí, no solo como afirma perfectamente Siles, a través del erotismo
y la sensualidad, sino
también mediante el uso de la elipsis
(que es una constante de sus libros), de la síntesis de influencias
vanguardistas, surrealistas y poesía inglesa y francesa de la primera mitad del
siglo pasado, de la fuerza y vitalidad de cada verso, y de la maestría con la
que resuelve cada poema.
En
definitiva, creo que estamos ante un poemario cuyo resultado poético es
auténticamente brillante. Y lo es, a mi modo de ver, por tres razones fundamentales, y con ello termino:
- La primera de ellas, porque se ha acertado
en la distribución de los poemas, con un primer poema que invita e INCITA a la lectura del resto de ellos,
con una sensualidad bien gestionada hasta
el poema 42 POLAROID DE UN RECUERDO, en que va descendiendo en profundidad y va
abriéndose hacia un tono poético más comedido y más concentrado.
- La segunda, por el lenguaje elegido. Un lenguaje con símiles espléndidos, con culturalismos
neutros y con una cierta inclinación metapoética bien administrados a lo largo
del poemario.
- Y la tercera, porque hay un acierto en ese diálogo que todo poeta pretende establecer
con los lectores. El libro es un bello exponente de una exposición íntima onírica puesta ante los ojos de sus lectores y
lectoras.
Se
trata de un poemario con una variedad acertada de registros que combina la
narratividad y el simbolismo. Un libro que merece ser apreciado y leído. Un
libro, en el que coincido con Jaime Siles, es el mejor libro hasta hoy de Antonio
Mayor; un libro que, sin duda, va a ser de vuestro agrado.
Pascual Casañ
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