lunes, 25 de noviembre de 2019

PLACA EN MEMORIA DE JOAQUÍN RIÑÓN

Estimados amigos: el pasado día 22 tuvo lugar un emotivo y entrañable acto en memoria de Joaquín Riñón, en el centro Aula 3, de Valencia. Asistieron su hija menor, Sandra, profesores y compañeros de tan entrañable amigo y poeta. Tomó la palabra en primer lugar el director del centro y entre otros asistentes se encontraban Blas Muñoz y Antonio Mayor, ambos, lo mismo que yo, miembros de EL LIMONERO DE HOMERO, grupo poético del que era cofundador. Adjunto una foto recordatorio y mi humilde aportación en el parlamento.




Recordando a Joaquín Riñón

Estimados amigos, gracias por haberme invitado hoy aquí. Y por darme la ocasión de pronunciar unas palabras, pocas para no alargar el acto, con motivo del homenaje que habéis organizado.
            Es para mí un gran honor.
            Conocí a Joaquín ya hace muchos años, cuando yo estaba de Inspector de Educación en Barcelona. Por cuestiones de salud él tenía que desplazarse y, por mediación de un amigo común llamado Juan Galán que conocí en Oliva cuando yo tenía 24 años, le invité a mi casa. Varias veces vino y compartimos casa y conversación.
            Cuando me trasladé a Valencia en 1992 dio la feliz casualidad de que me domicilié en la Avenida de Aragón, muy cerca de su casa. Desde entonces empezamos a salir juntos con mucha frecuencia. A veces me invitaba a su chalet en Siete Aguas y su amable esposa, Sefa, nos preparaba una paella con todo el cariño del mundo. Conocí a sus hijos, pero sobre todo a Pepa a cuyos recitales asistí con mucha frecuencia. Él estaba muy orgulloso de sus hijos y preocupado por el futuro de su hija mayor, porque conocía lo difícil que es triunfar en el mundo de las artes. Recuerdo que me preguntaba cada vez mi opinión sobre ella y cómo cantaba como si yo fuera experto. Me fascinaba la admiración que sentía por mí y lo humilde que era. No presumía de nada y siempre creía que en cuestiones educativas tenía que aconsejarlo cuando él era quien podía darme lecciones a mí.
            Así fue fraguándose una amistad. Recuperamos a Juan y los tres nos veíamos frecuentemente. A mediados de 2006 Joaquín y yo comentamos la posibilidad de crear un grupo literario para trabajar la poesía hasta que un día, a finales de ese mismo año, con motivo de la boda de Pepa, conocí a Blas —excelente poeta y gran amigo— y en 2007 ya empezamos a reunirnos, incorporándose sucesivamente Antonio Mayor y José Luis Prieto.
En el curso 2008-2009 se invitó a Blas, a Antonio, a Joaquín y a José Luis a dar una charla y leer algún poema propio en el Club Poetas del Ateneo que poco antes creamos un grupo de socios.   
El 22-01-09, tuvo lugar en el salón de Actos del Ateneo un magno recital con la colaboración de AMICS DE LA POESÍA DE SILLA, que fue un inesperado éxito. En él intervinieron como invitados todos los miembros de EL LIMONERO DE HOMERO. Pero fue el 01-02-10, cuando organizamos e intervenimos como tales por primera vez en el Instituto Luis Vives de Valencia en el que Antonio Mayor era profesor de Lengua y Literatura Española. Desde entonces más de 50 recitales, y reuniones cada jueves en el Ateneo Mercantil en las que almorzábamos y trabajábamos la poesía. Él era además de entrañable amigo un poeta extraordinario, meticuloso y continuo revisor de su producción así como experto conocedor de la gramática. Siempre conciliador, nos atendía con una amabilidad rigurosa y admirable.
Memoria crepuscular será un libro que siempre llevaremos en nuestro corazón, su testamento poético inolvidable, y su poema Muerte en La Malvarrosa, una joya.
Te fuiste después de una penosa enfermedad que aguantaste con estoicismo, te fuiste para siempre:
Hoy ya no quedan versos.
aquellos versos tristes como hielo de luna,
escritos en el viento de un corazón herido,
se fueron para siempre.
Muchas gracias.
Valencia, 22-11-2019.

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