sábado, 11 de abril de 2020

CLIVIAS



CLIVIAS

¿Te gustan las clivias? Yo tengo tres macetas en mi terraza y cuatro flores en este instante. Hace unos seis años recogí del patio de la casa de mi madre en Castellón una maceta que me habían dejado para mí, con dos matas de Clivia secas y a punto de morirse. Las trasplanté y hoy tengo tres macetas lozanas con más de seis brotes maravillosos. El año pasado dieron una flor por primera vez y este ya tengo cuatro. Son la alegría de la terraza y puedo estar contemplándolas todo el tiempo que necesite. Encierran en sus pétalos la belleza-compendio de la vida natural y un color vivo y expresivo. Solo les falta hablar. Las cuido todo lo que sé y les pongo música, aunque pienso que realmente me la pongo a mí. La música es uno de los entretenimientos —música, lectura y escribir— que me acompañan en los días de este encierro. También hablo con mis hijos, nietos y amigos, y utilizo el correo electrónico. Ya veis qué fácil me resulta enrollarme. Así que voy a cortar y desearos que lo paséis todo lo bien que podáis en esta clausura forzada y que tengáis paciencia para esperar los amaneceres que todavía nos esperan. Me despido, pues, con un poema de mi último poemario esperando que os guste. Un abrazo.

NI

Ni mares de quimeras en tus ojos
        Ni serenos susurros de princesa
             Ni tu falso zureo de paloma
                  Ni tu pecho cubierto de guirnaldas
            Ni la extraña alegría de tu risa
       Ni tu caricia al filo de la noche
Ni sonetos de amor en primavera

      No, ¡por favor!

                            ¡Esta noche no!

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