Almagre
A Francisco Brines
Mano del tiempo autora, que
corrompes,
mester de convertirnos en quien
somos,
arte de los orines y la
herrumbre.
La lluvia, el sol y el viento han
desleído
la arcilla que el cantero impuso
pura,
y sobre el muro hay un color arcano,
una tonalidad de cicatrices,
un espejo de arrugas:
el almagre.
No se improvisa nada de nosotros,
nada se ataja en ti para
crecerte.
Deformo esa tintura para el
cuerpo,
ese color despinto sobre el alma.
La condición de un muro,
la esbelta ensambladura de estar
solos.
Un lindero de nadie en campo
libre.
Almagre del azar, almagre
artífice,
oxida en mí,
que tiemblo a cielo raso,
enmohéceme más,
que en mis afueras vivo.
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