sábado, 22 de septiembre de 2018

FERNANDO CARRILLO: 365 HAIKUS Y UN DÍA



            Resulta que, obviamente, como cualquier poema el haiku tiene fondo y forma y ambas condiciones son imprescindible para la ortodoxia de cualquier producción de arte. De lo contrario sería difícil reconocerlo. El haiku no es simplemente una sucesión de tres versos de 5/7/5 sílabas lo mismo que el soneto no es la sucesión de cuatro estrofas de versos endecasílabos. El haiku, además, ofrece la dificultad de que está escrito en japonés y que responde a unos principios culturales y de tradición que nada tienen que ver con la occidental.
            Solo una nota: el japonés tiene dos maneras de hablar que se reconocen con la pertenencia al sexo. Hay un habla masculino y otro femenino, con términos y expresiones diferenciadas.
            El orden sintáctico es: sujeto-objeto-verbo:
                          Sol-Este-cielo-salir
                          El sol sale en el cielo del Este
            No existe género, número ni artículo, depende del contexto.
            Se escribe verticalmente de arriba a abajo y de derecha a izquierda, aunque cada vez se acepta más el orden occidental. Se utilizan tres tipos de alfabetos, etc.

            Con todas estas dificultades podremos comprender el valor del trabajo de Fernando Carrillo: nada menos que atreverse a escribir un libro de tantos HAIKUS como días tiene el año más uno. Y lo ha hecho al modo de poetas tan importantes como Octavio Paz, Benedetti, Borges, etc., sin atender a las características ortodoxas de la tradición japonesa. Por esta razón surgió el senryu que es el nombre que reciben estas pequeñas estrofas cuando se apartan de las difíciles condiciones del haiku.
            Fernando con una creatividad extraordinaria y casi diría yo que inagotable por la cantidad de poemas, nos ha expresado sus experiencias teniendo exquisito cuidado en cumplir la norma estrófica: tres pequeños versos, dos pentasílabos y uno heptasílabo, en forma de 5/7/5.
            Encontramos palabras como amor (3), deseo (4), besos (6), ausencia (2), tu-tú (50), etc. (temas inevitables en poesía), noche (12), refranes políticos, consejos y advertencias…, y hasta un hermoso oxímoron. Como es habitual en la poesía japonesa, Fernando ha utilizado los términos de las estaciones del año, con las siguientes frecuencias: primavera, 7; verano, 8; otoño 17, invierno, 6. La frecuencia de los términos otoño y noche puede dar lugar a una consideración del contenido que Fernando, como psicólogo, podrá interpretar mejor que yo.
            Además, nada menos que el poemario contiene unos 16 haikus en el sentido estricto del término, lo que tiene muchísimo valor (3-6-10-29-39-43-53-56-70-104-105 -143-175-220-253-266).
            Felicitamos al autor por su trabajo concienzudo (nada menos que un año día a día) y por el éxito de su trabajo reflejado en esta sala de Espai Llimera, llena a rebosar de un público muy interesado por conocer este poemario.
            También a la editorial Olélibros que está apostando fuerte publicando poemarios de poetas consagrados, de poetas con reconocido prestigio y de poetas nuevos, que aportan frescura y creatividad a la poesía, por lo que le deseamos toda clase de éxito dada la dificultad de la empresa.
Valencia, 13-09-18

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