martes, 12 de abril de 2016

PEDRO J. DE LA PEÑA EN POETAS EN EL ATENEO


DESARRAIGO  DEL  ÁRBOL

Retóricas figuras de algún descabezado
emperador o parlanchín, vivas
murallas, arriba, hacia el cuartel
trascatedral de Ibiza, mirador
de tan bello paisaje, incandescentes
aguas tranquilas, cuna nuestra.

Tal me recuerdo un día, joven
y tersa piel, finos cabellos
y recio cuerpo como un almendro en flor,
como un lancero persa en Salamina,
y así, picando el paladar, los caracoles
y un vino fuerte, de tosca gradación,
de gusto sólido, que calentaba un sol
dentro del pecho.

Y luego descender, lleno de dicha,
al luminoso carnaval, sencillas cestas
para la compra de gaviotas,
uvas como limones, pescadores
solemnes, viejas mujeres trasegando el luto
con lazo de color sobre la trenza:
simprometida o fiel o ausente el novio.

Alegría de esparto entrelazado
y algarrobo el dolor cuando al dejarte
la mar se entreponía, dibujaba
un largo y rojo cuerno, una gran bruma
de lágrimas y tul, entre las cuales
potro era yo, espoleado en el ijar,
abandonando el heno de su caballeriza…!


“Ciudad del Horizonte” (1973).

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