CANTIDAD
DEL FRACASO.
Las cosas no
las sabes hasta decir su nombre
y aunque los
nombres sean más bellos que la vida
la vida es lo
que existe, no el nombre de las cosas,
y aun algunas
suceden sin saber pronunciarlas.
Poco sabes
entonces de los hechos reales:
tus palabras
son pocas para tantos mensajes
que lanzan los
sonidos, que aprisionan colores,
que reclaman
perfumes, matiz, sabores, tacto.
La poesía es
bella y es gloriosa y es triste
porque intenta
imposibles con espadas marchitas,
porque vive en
los símbolos remotos del objeto
y efímero es su
símbolo: el borbotón del agua...
La poesía se
hunde en un agua estancada
y se eleva y
convierte en emblema del aire:
vuelo fugaz del
hombre cuando eleva su vista
y trasforma sus
labios en gigantescas alas
de palabra
armoniosa. Salvación de suicidas.
“Teatro del
Sueño”, (l979).
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