EL VIAJE SIN FIN
Las trochas, los caminos,
los senderos de limo,
las luces de neón,
las curvas peraltadas
las esquinas heladas
de alguna habitación.
Los puertos y aeropuertos
donde casi ya muertos
hicimos colación.
El cansancio y el sueño
y el dormir como un leño
en un sucio rincón.
Las comidas espesas
las manchadas mesas
de algún triste vagón.
Y los días gloriosos
de marinos reposos
en algún malecón.
Mi vida de viajero
sin manta y sin dinero,
sin un maravedí,
por las selvas urbanas,
por las calles paganas
donde tan feliz fui.
“Los
Iconos Perfectos” (2002).
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