BUENOS AIRES
(En el aniversario de mi
visita
al “Viejo Almacén” de
Buenos aires)
Parece que no vuelves.
En la foto tu rostro
atrae mi tristeza.
atrae mi tristeza.
Ya no lloras primero y luego ríes.
Parece que decirme quieras tantas
cosas en este displicente invierno
que hasta hiere las venas con su frío…
Parece que agarrases con tus trenzas
mi corazón alegre de otras horas.
Me atrapabas de noche, en la espesura
de aquel local de barrio, hoy tan hueco,
donde tus suaves
besos esperaba.
Te conocí entre mate dulce
y humo de cigarros.
Dejabas deslizarme entre tus brazos
como a una hiedra ansiosa de abrazarte
Eras gemido de gacela tierna
venero, amor y muerte en tu dulzura
venero, amor y muerte en tu dulzura
de albero resplandor en la mañana.
Hoy ya no estás conmigo.
Queda sólo
el canto gris de un viejo tango,
su acento en el brocal del universo
donde tus ojos brillan cada noche.
el canto gris de un viejo tango,
su acento en el brocal del universo
donde tus ojos brillan cada noche.
En el Viejo Almacén de Buenos Aires,
grabada en mi memoria,
estás ausente.
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