domingo, 6 de mayo de 2018

VIRGILIO FUERO: HABLÁNDOLE AL SILENCIO

De derecha a izquierda: Tomás, José Enrique, VIRGILIO y Vicente



Campillo de Altobuey


Escúchame, silencio.
Rememoro las laxas correrías
donde se prodigaban los saludos,
y ver cómo la luna cortejaba,
alumbrando tejados abocados,
a la caricia muda de las sombras.

Las puertas son salones de refresco,
el viento lleva charlas y sonrisas.
Los jóvenes se roban besos cortos,
todos los niños juegan entre luces
y la torre vigila su conjunto,
mientras descansan sueños que trabajan.

En la mañana fresca y silenciosa,
las escobas arreglan los salones
de unas calles que escancian vida nueva.

En las tardes tranquilas campillanas,
el sol se va durmiendo lentamente,
mientras la gente empieza a descansar
de un día necesario que se extingue.

Aquí..., lejos, se quiere más, se añoran
los amigos, paisajes y rincones.
Este pueblo es mi vida y mi recuerdo.
Espuma de nostalgia para siempre.

(De Hablando al silencio, Olélibros, 2018)

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