domingo, 24 de junio de 2018

ENRIQUE GRACIA TRINIDAD




ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

Pentimento es un interesante poemario de Enrique Gracia lleno de inspiración y aciertos. Me llama en primer lugar la atención, su musicalidad, esa buena costumbre, a mi modesto entender, de saber darle a cada verso una cadencia y un ritmo que, por clásico, muchos poetas que se precian de modernos, critican. Me viene a la memoria cuando un excelente poeta valenciano amigo, me dice que no necesita música para que le acompañe en las lecturas de sus poemas: sus poemas son música. Enrique tiene la ventaja de contar con una cavernosa y hermosa voz —muy sanamente envidiable por los que somos un desastre como un servidor que apenas puedo lanzarla a más de un metro de distancia—, y eso hace que con su poesía pueda utilizar a la vez su música, la de su voz.

            Ejemplos de esa música y de la precisión de los endecasílabos, alejandrinos y versos de número impar de sílabas (a veces hay que descomponerlos) podemos encontrar por doquier, pero hay un poema («Me han dormido con todos los cuentos») dedicado, en memoria, a León Felipe y a su padre, que es todo ritmo musical. Y no es una excepción. Enrique es un experto en ese tipo de versos, lo cual hace que me guste más. Veamos unos ejemplos:

Goza la vida que la vida es breve

Me han dejado el silencio

donde los párpados se rindan simplemente y sin daño

Y esta estrofa de «La inquilina secreta»:

            Circula por mi casa,
            sabe que tiene mi permiso.
            Apenas la conozco
            pero sé de su voz y sus hazañas.
            Ya estoy acostumbrado y no me importa
            que se coma los restos de la cena.

            Dice su prologuista, Juan Carlos Mestre: «En este libro está el mar y el barco, y sobre ellos las estelas de la muerte, y sobre lo incorrecto de la muerte están los cielos que cambian la idea de finitud al destino de lo humano». En su poema «Condición pasajera», aclara algunos pormenores de la vida que es hombro de sal, surco dorado, ventana separadora de mundos… Y la muerte recorre el  poemario, pero con una cara juvenil y amable, a veces.

Valencia, 22-06-18



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