domingo, 15 de julio de 2018

HODIE MECUM ERIS IN PARADISO

Querámoslo o no, pienso, en lo más oculto de nuestro pensamiento tenemos un enlace con nuestra infancia y con las cosas que nos marcaron. A veces, con ocasión de ciertos festejos y conmemoraciones, cuando dejas suelta la imaginación y el subconsciente llama a tu puerta, asoman ciertas escenas que en algún tiempo ocuparon tus emociones y sentimientos. Eso me pasa a menudo cuando se acercan los actos de Semana Santa. Os puedo asegurar que cuando la presencié en Sevilla, se saltaron todos los resortes. Y así surgió el soneto que me atrevo a dedicaros con un fuerte abrazo, en esta ocasión no demasiado cálido para que no os abrase al juntarse con este caluroso verano.



HODIE MECUM ERIS IN PARADISO

Para mover mi fe Te bastaría
con tu dedo tocar mi atroz semblante,
y a los ojos mirarme un solo instante
cuando comience a amanecer el día.

Señor, que me ayudaras pediría
y que tu amor me diera en adelante
dicha y felicidad como a un amante
que, por tenerte a Ti, con fe porfía.

Y es que me gustaría amarte tanto…,
y tenerte a mi lado como amigo,
que componer quisiera un dulce canto

—con el que pueda estar siempre a tu abrigo—
y elevarlo con fuerza, como un santo,
para en el Paraíso estar Contigo.

No hay comentarios: