MANHATTAN QUEDÓ ATRÁS
No hay tregua cuando vienes
anhelante
como huracán sin pausas de azucena,
caballo fiero en plena luna llena
que quema lo que toca en un instante.
como huracán sin pausas de azucena,
caballo fiero en plena luna llena
que quema lo que toca en un instante.
No tiene límite tu ardor de
amante
cuando te acercas como ardiente arena
y sorbes con tus ansias la gangrena
que produce tu amor cruel y abrasante.
cuando te acercas como ardiente arena
y sorbes con tus ansias la gangrena
que produce tu amor cruel y abrasante.
Después todo es pasado. Tú te
irás.
Tu leve corazón y tus recelos
serán nostalgia de pasión dormida;
serán nostalgia de pasión dormida;
penumbra de sollozos. Ya no
estás.
Manhattan quedó atrás, en otros cielos,
injusto desazón en piel transida.
injusto desazón en piel transida.
(Vicente Barberá Albalat)
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