viernes, 15 de febrero de 2019

ARTE Y BELLEZA JAPONESES

            Japón para un turista occidental tiene numerosos atractivos culturales, religiosos, paisajísticos y gastronómicos por solo citar algunos. Tokio es una de las ciudades más extensas y dinámicas del orbe. Allí se encuentran representadas las principales empresas del mundo. Se yergue encima de una de las placas tectónicas más peligrosas de la tierra por lo que se concentra una gran actividad sísmica. Fundado en el siglo XV, en numerosas ocasiones ha sufrido terribles terremotos, siendo el más horrible el que ocurrió en 1923 con una intensidad de 7,8 grados en la escala de Richter. Afectó principalmente al puerto que fue arrasado totalmente. Sus casas, de madera, ardieron y se elevó un dragón de fuego a modo de tornado en llamas. Murieron más de ciento cuarenta mil personas como consecuencia de las quemaduras y de la actuación de la policía que mató a numerosos coreanos y ladrones que se aprovechaban del terror robando lo poco que podían. Un hecho, de los muchos que escuché contar, me obligó a visitarlo para percatarme in situ de la magnitud de la tragedia: un grupo de prostitutas explotadas por un comerciante fue encerrado en un barracón en pleno incendio de la zona. Ellas, viéndose irremediablemente perdidas, se pusieron a gritar hasta que alguien les pudo abrir la puerta. Al escapar, el empresario, por llamar de algún modo a su explotador sexual, las condujo hacia una balsa próxima. No era cuestión de perder el negocio. La balsa fue llenándose de gente hasta quedar repleta poco antes de que las llamas acabaran con todos.
(Texto de mi próxima novela)

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