jueves, 14 de febrero de 2019

ROSA MARÍA VILARROIG EN POETAS EN EL ATENEO, EL 21-02-19 A LAS 19:00



BRISA AHORA, TIERNA BRIZNA ANTAÑO   (05ediciones 2010)

Vigésimo séptimo

Tú siempre decías que preferías la mar.
Un punto soleado movible
 en cualquier lugar de la costa. Después de abrir la puerta frío,
por  caminos y montañas, entre parajes desconocidos e infrecuentes llegaba la nieve.
  ¿Cuándo llegaremos al mar? Te recuerdo ahora como eras
        en aquellos días píos de invierno, otro invierno, otro invierno, otro... Espero llegue pronto alguna primavera abertal, verano cálido.
 El invierno con su torva
 te absorbía, pero al fin llegó el amanecer
 cuajado de gotas de anémonas minúsculas
 y de un sorbo reconstruyó en tus ojos
 la creencia.  ¡Oh, cómo admiré entonces tu resuelta andadura,
 el coraje de tu magia, tu dominio!
 Tú siempre llegabas al mar,
al mar del frío y desconsuelo.
Los epítetos jugaban con las oraciones mientras se bifurcaba el encanto.
 Las sirenas construían fábulas y ensamblaban versos.
Las oceánidas hablaban de libertad y trama social.
 Los peces viven el cuerpo en su totalidad,
pasan de la fusión a la confusión con el otro, unen presencia y ausencia.
Yo creo que los peces saben que existen, ¿tú qué crees?
 El pez sonríe a la inefable dicha de las olas. El pez siempre sonríe.
¿No contestarás a mi enredo? -conjeturo-.
Sigues sentado en tu cuadratura.
Apenas  recuerdo en ella ni mi figura ni tu faz.
Ni siquiera el símbolo de letras que componen tu asonancia.
Voy a fundir entre tus cálculos las escamas de colores.
 La soledad, vibración sollozante sobre  universo de mar.

Vigésimo octavo

Era sencillo. El tapiz donde las rayas del tiempo
ilustraban
la configuración de un nuevo modelo de estructura
ocultaban el rostro de la pena. 
Tal vez el estigma de la memoria lo realce.
Enhebraré en el altillo de la luna sus carámbanos.
Cuántas puertas de llanto, por el collar de la bruma, separados.

(Brisa ahora, tierna brizna antaño, 2010)

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