Vicente Barberá Albalat, a la derecha, en Matelica. |
ROQUEROS DE OKLAHOMA
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está
ensangrentada, pero erguida.
W. E. Henley
Por una
carretera solos van,
el coche abandonado en la cuneta,
tres guitarristas viejos con su música.
el coche abandonado en la cuneta,
tres guitarristas viejos con su música.
El rock
casi no suena en sus miradas
y la añoranza flota en sus recuerdos
de la voz
que perdieron en las noches
en que el
güisqui regaba sus gargantas.
Hoy apenas
les quedan energías
para seguir andando entre las tierras
de aquel duro desierto de Oklahoma
donde dejaron huella sus canciones.
Cansados llegarán a su concierto
dejando su mirada en un cartel
donde una joven muestra sus encantos.
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