Con Fernando Peris, exquisito poeta, invitado a una de las sesiones ordinarias de trabajo de los jueves en el Ateneo Mercantil de Valencia |
SE QUEBRÓ EN UN SUSPIRO
A mi padre.
Se quebró
en un suspiro cuando
llegó la muerte.
Un soplo
se llevó su aliento
sin llamar ni avisar,
como el
hilo de alambre rompe el ala
del ave peregrina que levanta su vuelo.
No se sabe
por qué su piel se ha dormido
y la ceniza cubre su agosto con el frío
apagando la voz
apagando la voz
de su garganta muda en un silencio eterno.
Su voz no
anunciará más primaveras
ni se oirán sus palabras silenciosas.
ni se oirán sus palabras silenciosas.
Nadie
acariciará sus bellos ojos
cuando desaparezca el sol en el ocaso.
Y ese dedo
certero, imprevisible,
que nadie puede detener,
apuntará con fuerza y sin piedad
sobre las vagas sombras
apuntará con fuerza y sin piedad
sobre las vagas sombras
que hoy lloran en silencio.
(Vicente Barberá Albalat en DE AMOR Y SOMBRAS, 2014)
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